A cada paso que camino
me voy hundiendo en el cemento
en el frío de la ciudad...
me pierdo en el tiempo.
En la sucia madrugada
me devora un azul violento
bocanadas de humo gris
dejo como rastro
hasta que se las lleve el viento.
Culpo a la mañana
de mi mente soñadora
de mi actitud aniñada
Culpo al rocío
de mis repentinos enfados
...y también lo culpo al frío.
Me despierto hoy
sintiendo que es ayer,
pero ya he tomado el té
y todavía no amaneció.
La ciudad hace rato despertó
Mi mente todavía descansa en casa
y a salvo de la madrugada
sueña que sale el sol.
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Dos.
Sos lluvia
que moja, salpica
y tan fría, a veces lastima
sos... mia
Sos Londres
un cielo gris que rompe corazones
y en el primer día soleado
recuerda que valió la pena
tanto dolor
Sos París, no disimules
el paraiso, tu fragancia
lo ocultas con elegancia
sos noches grises y azules
Sos Buenos Aires
no siempre refinada
la artista que nunca está cansada
Si, a veces sos Buenos Aires
Sos una fotografía en movimiento
así de indescriptible
así de incomprensible
tan ligera como el viento
Somos todos tus amantes
y desde el primer día
te hemos estado rogando
que de amor nos mates
que moja, salpica
y tan fría, a veces lastima
sos... mia
Sos Londres
un cielo gris que rompe corazones
y en el primer día soleado
recuerda que valió la pena
tanto dolor
Sos París, no disimules
el paraiso, tu fragancia
lo ocultas con elegancia
sos noches grises y azules
Sos Buenos Aires
no siempre refinada
la artista que nunca está cansada
Si, a veces sos Buenos Aires
Sos una fotografía en movimiento
así de indescriptible
así de incomprensible
tan ligera como el viento
Somos todos tus amantes
y desde el primer día
te hemos estado rogando
que de amor nos mates
Uno.
Te ví correr; hasta hace unos segundos estabas a mi lado. Yo sentía como se rozaban nuestras manos, y te confieso que quería tomarla. Pero era suficiente, y me llenaba, tan solo con el roce de tu piel, que no sabría describirla, porque cada vez que la sentía, cada vez que se acercaban nuestros dedos, como tímidos amantes, mi mente se perdía en vos. Temía mirarte, pero más temía no encontrar tu mirada, y quizás ahora me arrepienta. También temía hablarte, no encontrar palabras o ideas dignas de tí. Y sin embargo... lo hice, te hable. Quedate- susurré, temblando. Y te vi correr.
Nunca antes te había visto, nunca antes te había hablado. Simplemente me enamoré del roce de nuestra piel.
Nunca antes te había visto, nunca antes te había hablado. Simplemente me enamoré del roce de nuestra piel.
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