Followers

X

De tras de toda sonrisa hay una gran tristeza.
Mirame sonreir.

XI

Solía ser amante, solía ser divertido.
Encuentros clandestinos en pleno invierno.
me prometías tantas cosas

labios calientes, manos frías
pocas palabras, condenadas manos frías
y yo te pedía regresar

VIII

El problema siempre fui yo
quien pierda siempre serás vos.
Que injusto, que doloroso es mi juego
jugar a no terminar enamorandonos

Perdoname, algun día esto me va a matar.

Mañana

Treinta sweaters, uno encima de otro, e igual tengo frío. Soy lo menos sexy del mundo y se que te voy a ver por ahí. Llueve y te extraño.

Un cigarrillo tras otro porque el frío me da ganas de fumar, y el frío me hace extrañarte y extrañarte me da ganas de fumar y extrañarte me da tristeza y la tristeza me da ganas de fumar.

No amaneció, ni veo la luna, ni va a salir el sol. No es ni temprano, ni tarde, me encanta. Es ese momento, a las siete de la mañana, en el que todo se ve azul, porque no hay mucha luz, y todos asocian el color azul con la tristeza y la tristeza me recuerda a vos.

La ola

Mis pies sumergidos bajo el río.
Antes no estaba el río pero no me molesta porque es una linda sensación. El agua no pasa mis pantorrillas, no tengo ni frío ni calor. Con el dedo índice toco el agua y me doy cuenta de que desapareció. Pero mis botas están mojadas y siento una presión, mis medias están adheridas a mi piel, también mojadas.
Ahora lo recuerdo
El césped tiene dibujos. Si te acercas un poco te das cuenta de que las imágenes se forman por pequeños espirales. Mi nariz toca el pasto, es ridículo, pero no me importa.
De todos modos la posición es demasiado ridícula y aunque a nadie le importe, cambio de posición. Me recuesto en el pasto, intento asimilar lo que acaba de suceder, pero veo una ola a lo lejos. No hay ni mar ni río, pero es natural. La ola rompe; me lleva, me da vueltas, golpea mi cabeza, y me deja esta vez boca abajo.
Creo que va a volver a pasar.
Tomo aire y otra ola golpea mi cuerpo. El agua congelada como mil cuchillas, el sabor salado, caracoles que raspan mis piernas.
Quizás no era río, sino mar, quizás no eran olas, sino pensamientos, quizás no era dolor físico, sino psíquico.

Conversación conmigo misma

Ya no se si es soledad, no se que es. Pero pienso e intento reflexionar que es lo que me sucede todo el día. A la tarde me convenzo de que estoy loca, y de que se me va a pasar. Pero llego a casa y estoy sola. Será que no puedo estar sola? Se mezclan el inconsciente, el subconsciente y el consciente, y me pierdo. Me doy cuenta (de lo que creo que es) la verdad. El diálogo conmigo misma siempre se convierte en una discusión.
-No estoy bien.
-Estas bien.
-Pero ya no quiero vivir
-Porque?
-Porque viví demasiado
-Solo son dieciséis años...
-No, no es eso. Me levanto a la mañana y me acuerdo de esta persona de la que te hablé, y la extraño y me siento sola. Llego al colegio y me cansa esa rutina, y esa soledad. Estar rodeada de gente, entiendes? Pero nadie sabe, nadie entiende que pasa.
-Vos te entendés acaso?
-No se si entiendo lo que me pasa, pero lo vivo. Y llego a casa y necesito escribirlo, en algún momento releerlo, eliminarlo, guardarlo, experimentar algo.
-No tiene sentido. Querés morir?
-No, no, no. Lo que pasa es que me cansa vivir. A veces me gusta tanto, me siento tan afortunada, tan bien. Pero otras veces creo dejar de existir sería un alivio. La muerte no la sufre uno. Uno muere y ya está; dejas de ser. En cambio a quien más le afecta es a los demás. Y así definis tu vida. Ese es el verdadero karma. Quien llora por vos, y quien se alegra. Que dejes de ser puede provocar que otros sean de otra manera, y eso es increíble.

Probablemente solo se resuma a que no puedo estar sola. Pensar en exceso siempre te lleva a parámetros desconocidos, y ante lo desconocido uno se siente inseguro; doblemente solo; perdido; te perdés en tu ser.
Creo que no tengo nada más que decir, ahora estoy un poco confundida, y me entiendo menos que antes.