Marcado está el camino,
y llegué a una salida.
Renuncié a buscar el punto
donde podría mantenerme con vida.
Y lejos las colinas,
de aquella cálida energía,
van desapareciendo
y se convierten en una fantasía.
Descalza camina,
la virgen suicida,
me mira y sonríe
hoy me perdona la vida.
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