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(0) (el agujero)

Dónde comenzó la desdicha? En qué parte del camino me perdí?

Tengo 16 años. Una familia tipo. Ideal. Amigos, varios. Disfuncionales. Pero un grupo de amigos al fin y al cabo.

Estoy sola.

Estoy sola en mi cuarto, el reflejo de la luz azul del amanecer me aplasta. Siempre me gustó esa luz, que invade el ambiente sin pedir permiso, cada rincón del cuarto, cada cajón, cada una de mis prendas.

Siempre me gustó ese azul que recorre cada centímetro de mi cuerpo. Es aplastante, es real.
Las emociones me pasan desapercibidas cuando de felicidad se trata, se me escurren de las manos y se pierden.

Tengo 16 años, y me encontrado con una felicidad tan efímera que he aprendido a no contar con ella. Me confundo, porque soy joven, inmadura, y no se nada, nada, nada. Pero de esto estoy segura, si me tengo que aferrar a algo será a la melancolía, pues se donde encontrarla. Está siempre ahí, en la inmensidad azul de mi cuarto al amanecer. Aún cuando llueve. No. Sobretodo cuando llueve.

Tuve algún novio, me enamoré, si. No amé, pero eso todavía no lo he descubierto. He dicho te amo ya varias veces. He sentido las mariposas en la panza que absolutamente nada tienen que ver con el amor. Me queda mucho por recorrer y todo lo que se sobre el amor me lo han enseñado en las películas y los libros. Mientras tanto, digamos que amé a una que otra persona, que escribí mucho sobre ellas, y que fantaseé aún más. 

Fantasear ha sido un problema desde el comienzo, o por lo menos desde que empecé el secundario. Mi vida era ideal. Mis padres se conocieron unos 6 años de tenerme, y están juntos desde entonces. Se aman, ellos sí se aman y no pelean (al menos delante mío) y nada está mal en ellos, no hay nada para reprochar. Me han dado todas las libertades desde que tengo memoria y yo no se mucho que hacer con ellas. Pero no hay nada que reprocharles a ellos, si no se manejar mis libertades es culpa mía.
Mi vida es ideal. Mis padres son ideales y soy yo la que no sabe que hacer con ello.
En el secundario una chica me maltrata hace varios años, ahora estoy ya en tercer año, allí casi no tengo amigos así que leo mucho,lloro a veces en el baño y cuento las horas para irme con mi grupo de amigos. Es 2011, el bullying todavía no se conoce como tal y menos aún en un colegio de monjas de Capital, así que poco y nada hay para hacer más que resignarme. Un día elegí contárselo a mis viejos, mis viejos, los ideales.

No será que vos estas haciendo algo para que la chica te maltrate así?  me dicen

Nunca más menciono palabra al respecto, porque deben tener razón, tienen que tenerla. Entonces pienso, hay algo mal en mi. Si me trata mal, es mi culpa. 
Así que aprendo a vivir con estas situaciones, total, dos años más, termina el secundario y ya me puedo librar de estas cosas.

Pero algo está mal en mi, eso me queda .

Los sucesos de mi vida no me han golpeado con fuerza. No me han dejado tirada en el suelo de un minuto a otro. 
Mas bien, las adversidades fueron haciendo mella en mi interior. Como todo lo que crece de forma paulatina, no se percibe hasta que ya ha pasado mucho tiempo, y muchas veces, hasta que ya es tarde.

No quiero ser la víctima aquí, no todavía. Este es el principio de la historia, y yo soy una adolescente dramática que le encuentra algo poético a la tristeza, que ha leído a Hermann Hesse  más de lo que debería, y que se encuentra algo aburrida de su vida.
Claro que el bullying en el colegio me afecta, claro que es recurrente entre mis pensamientos esto de que algo estoy haciendo mal y no se qué, pero mi tristeza es desproporcional a mis problemas.
No pasará mucho tiempo hasta que finalmente las cosas cambien. Al terminar el secundario, saldré durante seis meses con un chico. Y luego, pasarán dos meses más hasta que, finalmente, me enamore de x. Y ahí surgirá la historia del agujero.






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