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(1) (el agujero)

Tengo 21 años, ya se lo que es amar. No necesito verlo en películas ni que me lo cuenten.
Hoy discutí una vez más con mi pareja. Estábamos acostados y de un minuto a otro él comenzó a gritar y yo a llorar. En la habitación en la penumbra él es inmenso, gigante, su sombra un monstruo que se agranda cada vez más a medida que sigue gritando. Su ira aumenta y la sombra se expande y me deja menos y menos espacio. Él ahora se levanta de la cama y agita los puños, golpea una puerta y la rompe. La sombra ya ocupa todo el cuarto y yo yazgo en posición fetal llorando en la cama, ahogandome en lágrimas de desesperación. Ruego, ruego que ese monstruo que tanto temo, se calme de una vez y me abrace. Lo amo. 
Yo sé que decirle, sé que quiere escuchar. Que es culpa mía y nada más que mía, que hice todo mal y sólo me está llevando más tiempo de lo normal aprender de su sabiduría. Entonces digo estas palabras mágicas, y la sombra se disuelve casi instantáneamente, él vuelve a la cama, me pide que lo abrace y se duerme en mi pecho. Es minúsculo cuando se apoya en mi pecho, no lo había notado antes.
Me desarmo del abrazo y me alejo de él, tan sólo unos centímetros. Miro la puerta rota, la puerta que pinté con el esmalte blanco que compramos cuando nos fuimos a vivir juntos. Hay un agujero un poco más grande del tamaño de su puño y veo los ojos del monstruo brillando en él. Me pregunto como voy a hacer mañana para taparlo. Me duermo.

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Un mes después, el monstruo sigue habitando el agujero de la puerta, que decidí no tapar. Por las mañanas lo miro de reojo, esperando alguna señal. 

No ha vuelto a ser así de terrible entre mi novio y yo desde aquella pelea, en parte, porque decidimos comenzar a fumar marihuana todas las noches para soportarnos. Y ha funcionado, si, pero como una especie de sedante. La marihuana solo evita el desenlace que está escrito hace meses. 
Pero esta noche ha sido una mala noche, una clienta me trató mal.

Y claro que es tu culpa, algo habrás hecho, el cliente siempre tiene la razón, no servís ni para vender gomitas, no servís para nada, sos una pelotuda, deja de llorar, porque lloras me tenes cansado no haces nada bien

El agujero en la pared

Callate flaca, deja de decir pelotudeces, ves que sos una boluda?

Otra vez esa sombra gigante

Es todo tu culpa 

Me mira amenazante

Perdon perdón es todo mi culpa, soy una pelotuda, tenes razón, quiero estar toda la vida con vos, perdón perdón es mi culpa

Ya no le tengo miedo

Perdón, por favor, vení, abrázame, te amo

No le tengo miedo

Quiero estar toda la vida con vos

No le tengo miedo.

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